Luego de la apertura de sesiones del día 5 de abril, donde el intendente dio un panorama en su discurso de cómo se encuentra el distrito, la verdad que casi nos convence de que los matanceros vivimos en un paraíso donde los problemas ya están todos resueltos por estrategia del gobierno nacional y a lo que nos dedicamos ahora es al absoluto progreso.
Pero el discurso duró lo que dura un discurso, porque todos los que participaron de la reunión en Virrey del Pino cuándo quisieron volver para sus localidades a pocos kilómetros se encontraron con el corte de la ruta 3, donde trabajadores de un frigorífico de la zona reclamaban porque habían recibido 400 telegramas de despidos dejando en la calle por consecuencia a 400 familias de La Matanza.
Seguramente esto no es casualidad, es una política llevada adelante por un secretario de Estado que acorrala a los trabajadores tal como también ocurrió con los del frigorífico Yaguané, para que sus amigos entren en el negocio de la carne y la exportación.
También el paraíso desaparece cuando una escuela de la zona reclama hace varios años que concreten la reconstrucción de la misma, o cuando se llega a las unidades sanitarios y los vecinos se encuentran con los carteles que dicen Lunes a jueves, no hay pediatras. O cuando en el hospital hay carteles que dicen, lunes miércoles y jueves no hay anestesista, por lo cual los vecinos tienen que tener la fortuna de accidentarse o las madres dar a luz en los días que el municipio logra brindar las prestaciones básicas e indispensables.
Este es el paraíso que duró lo que el discurso duró, apoyado por una barra seleccionada con lupa para ingresar al recinto.
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