Hermes Binner cerró anoche en el Luna Park de Buenos Aires su
campaña para las primarias presidenciales pidiendo "nacionalizar el
gobierno, respetando a las provincias, que son anteriores a la Nación".
El gobernador santafesino diagnosticó la necesidad de
un cambio en el país, "pero no cualquier cambio, un cambio
progresista". Entre otras propuestas, prometió —en caso de llegar al
gobierno— "reducir el déficit de viviendas a la mitad en cuatro años".
El candidato habló de salud, educación, juventud,
seguridad, inflación y "confianza". Siempre enfocando al gobierno
nacional como el adversario a vencer, y nunca disputando ni aludiendo a
los candidatos opositores que compiten en un callejón electoral cercano
al FAP: Ricardo Alfonsín y Elisa Carrió, entre otros. Binner reiteró su
preocupación por la inflación: "No podemos continuar con un 26 por
ciento anual", disparó.
Contra el autoritarismo.
Antes de
Binner habló su compañera de fórmula, Norma Morandini, que como en otras
oportunidades, planteó su alarmada tesis del "país enfermo de
autoritarismo". En ese sentido, anticipó que el FAP "no hace patrullaje
ideológico, acepta la diversidad". La cordobesa, de profesión periodista
y actual senadora nacional, mostró su natural inclinación para con la
problemática de los derechos humanos, y concluyó que "la Justicia ya
castigó las violaciones de los derechos humanos", aunque sin referir a
los centenares de juicios de lesa humanidad aún pendientes de
tramitación.
Por su parte, Margarita Stolbizer, candidata a
gobernadora por Buenos Aires y que de su suerte dependerá en gran medida
la suerte de todo el FAP, tuvo el discurso más conceptual de la noche:
"reivindicamos a la política", explicó. Y buscando los votos radicales,
le dedicó a Ricardo Alfonsín: "Su padre, Raúl, nunca hubiera permitido
esa alianza que hicieron con la derecha", disparó, aludiendo a Francisco
De Narváez.
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