Ramos Mejía: la historia sin fin (DIARIO NCO)
Gustavo Ferragut: “Le están tomando el pelo al Municipio y nosotros no podemos hacer nada”
Así se refirió el concejal del GEN a lo sucedido en una obra en construcción, en Ramos Mejía. El viernes, la empresa quebrantó por segunda vez en menos de una semana la faja de clausura. Una nueva denuncia judicial y órdenes municipales que no se respetan hacen de esto una historia de final abierto.
Los vecinos lindantes a una obra en construcción de Ramos Mejía, no tienen paz. Después de que la semana última cayera sobre una casa la pantalla de protección, la empresa arrancó dos veces la faja de clausura y quiso continuar la obra. Ya hay una denuncia judicial y tomó intervención la Comuna.
El nuevo capítulo de la pesadilla que viven los vecinos de Ramos Mejía se da en el edificio levantado en Vicente López 239. El domingo de la semana última, y por tercera vez, una pantalla de protección cayó sobre el techo de una casa lindante provocando serios daños al inmueble.
“El susto fue enorme no sólo por lo que se veía, si no porque me imaginaba lo que podría haber ocurrido, en ese lugar generalmente mis hijos juegan con amigos al ping pong y si en ese momento ellos se hubieran encontrado jugando hubiera sido una tragedia”, relataba horas después del hecho a NCO Nancy Devoto, dueña de la casa dañada.
Los pasos que siguieron fueron de memoria: llamar a la policía, convocar a los vecinos perjudicados por otras obras de estas características, y prepararse para concurrir a la Municipalidad de La Matanza, en San Justo.
En la oficina de Fiscalización de Obras y Regulación Catastral (ex Obras Particulares) no pudieron tomarle la denuncia. La explicación de los empleados fue que ninguna autoridad se encontraba en ese momento. El encargado de contactarse entonces con los funcionarios del área fue el concejal del GEN Gustavo Ferragut, con quien Nancy Devoto concurrió después a la Fiscalía 1 de San Justo.
A todo esto, sobre la calle Vicente López la policía custodiaba el lugar y el comisario ramense daba órdenes de no tocar nada hasta tanto lleguen autoridades municipales. Empero la empresa volvió a dejar al descubierto el poder que ostenta cuando los trabajadores comenzaron a retirar del lugar las estructuras que habían caído sobre la casa. ¿Más simple?: Se llevaron las evidencias.
Horas más tardes, al lugar llegaron inspectores municipales que se encargaron de colocar la faja de clausura en el edificio en construcción. Cuando apenas se borraban las huellas de los móviles municipales, la empresa constructora rompió la faja con claras intenciones de continuar los trabajos.
Un informe televisivo derivó en nuevas actuaciones del Municipio local. Entonces la obra fue clausurada por segunda vez, mientras los vecinos ya habían dejado pruebas -con un acta notarial y videos- de lo sucedido en la Fiscalía.
“La realidad es que los constructores tienen un grado enorme de impunidad y nadie toma medidas, desde la Municipalidad le cobran multas, clausuran pero esas fajas que son puestas a la mañana, en la tarde son violadas por los obreros y empiezan de nuevo con el trabajo”, había advertido Nancy Devoto.
Como si fuera una premonición, el viernes último todo parecía empezar otra vez. Cuando la mujer despertó, advirtió que la faja de clausura ya no estaba, había camiones con materiales en el lugar, y los trabajadores se disponían a iniciar su jornada laboral como si nada hubiera ocurrido.
Los inspectores comunales llegaron alertados por un nuevo llamado de los vecinos. Y aunque la advertencia de no poder continuar la obra tuvo efectos inmediatos, ya nadie parece poder garantizar la seguridad de la gente.
El rol de un concejal
“Evidentemente el Municipio no tiene fuerza de policía, no entiendo quién ampara a estos empresarios porque no los detiene ni el Municipio, ni la Policía, ni una Fiscalía”, sostiene Gustavo Ferragut cuando se lo consulta sobre las medidas que deben tomarse en la zona.
Para el concejal del GEN, “la Municipalidad debe velar por la defensa del vecino” porque “de casualidad todavía no murió nadie -dice-, si esa protección mataba a alguien hoy hablábamos de otra cosa, no debemos esperar que suceda esto”.
Gustavo Ferragut pide que la Comuna actúe patrocinando a los vecinos damnificados y reclame un recurso de amparo para “detener esas construcciones”.
“En Ramos Mejía le están tomando el pelo al Municipio, hay un poder municipal sobrepasado, y me gustaría saber quién es el grupo económico que tiene tanto poder”, apunta el edil.
¿Qué pueden hacer los concejales en un caso así?, le preguntó NCO: “Nada, no tenemos poder de policía, más allá de ir a todos los estamentos municipales que corresponde no podemos hacer nada”, se sincera Ferragut.
El concejal cree que “todo nace de una negligencia en la habilitación de edificio” y ahora “hace falta un hecho reparador”. Lo mismo sostiene Nancy Devoto pidiendo que haya “una sanción ejemplificadora”. Claro que, hasta hoy, los ejemplos de lo ocurrido en Ramos Mejía siguen siendo negativos y no surgen atisbos de autoridad real que los proteja.
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